dijous, 22 d’octubre del 2009
Uruguay se encuentra a un paso de abolir la Ley de Impunidad de la dictadura
Uruguay se encuentra a un paso de abolir la Ley de Impunidad de la dictadura
Por primera vez en la historia uruguaya, la Corte Suprema ha declarado la Ley de Impunidad como inconstitucional en el caso de la militante comunista Nibia Sabalsagaray, asesinada en 1974. El próximo domingo los uruguayos tendrán que elegir un nuevo Gobierno y decidir finalmente la nulidad de esta Ley.
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 21.10.2099
La decisión de la Suprema Corte de Justicia de Uruguay de declarar inconstitucional la Ley de Caducidad facilita el camino a la anulación de esta norma que otorgó impunidad al aparato represor de la dictadura.
Jueces, políticos y víctimas de la dictadura han coincidido al señalar que el dictamen de inconstitucionalidad de esa ley que el martes declaró el máximo tribunal uruguayo sobre tres de sus artículos, abre las puertas a la revisión de más casos de violaciones de derechos humanos cometidos entre 1973 y 1985.
Esa era también la sensación en la masiva marcha que recorrió el centro de Montevideo para pedir el voto por el 'si' en el referéndum previsto para el próximo día 25, en coincidencia con las elecciones generales, en el que se pide la anulación de la controvertida norma.
La Coordinadora por la Nulidad de la Ley de Caducidad convocó a decenas de miles de personas que tiñeron las calles de la capital de color rosa, el mismo de la papeleta que pide el fin de la norma, en el último acto de campaña previsto antes de la convocatoria a las urnas.
Para la nieta del poeta argentino Juan Gelman, Macarena Gelman, ella misma víctima de la represión de la dictadura uruguaya, esta decisión judicial es "un punto de partida". "Más allá de la declaración de inconstitucionalidad, es fundamental la expresión del pueblo uruguayo a favor de anular la ley", dijo Gelman.
Las palabras de Gelman también fueron mantenidas por la asociación de Hijos de Detenidos Desaparecidos (HIJOS), que en una rueda de prensa afirmaron que la decisión por la anulación "va más allá de lo político" y supondrá "un cambio cultural" en Uruguay.
A SEÍS DÍAS DE LAS ELECCIONES
El fallo se produjo a seis días de que los ciudadanos acudan a las urnas para elegir a sus nuevos representantes políticos y decidir en plebiscito sobre la anulación de la Ley de Caducidad, lo que ha sido criticado por los opositores por entender que hay intereses electorales de por medio.
Aunque la inconstitucionalidad se aplica para un caso concreto, "para el futuro puede tener mucha importancia", afirmó en una entrevista radiofónica la fiscal Mirtha Guianze. Esta magistrada y defensora de los derechos humanos lleva el caso que ha determinado la decisión del órgano supremo de la justicia uruguaya: el asesinato en 1974 de la joven militante comunista Nibia Sabalsagaray.
Ésta es la primera vez que la máxima instancia judicial del país se pronuncia contra la norma, que impidió, desde su aprobación en 1986 y su refrendo en 1989 en un plebiscito, el enjuiciamiento de los militares y policías que participaron en la represión de los opositores a la dictadura.
La decisión de los jueces se suma a la postura contraria a la ley ya manifestada por los poderes Legislativo y Ejecutivo y marca de facto el fin de la Ley de Caducidad, al facilitar la presentación de nuevas demandas contra la misma. La aprobación de la Ley, indicó el fallo, "excede las facultades de los legisladores e invade el ámbito de una función asignada constitucionalmente a los jueces".
LA OPOSICIÓN HABLA DE OPORTUNISMO
En sus declaraciones a la emisora radial El Espectador, la fiscal Guianze insistió en que la actual Suprema Corte de Justicia "está actuando con total independencia", mientras que la que en 1988 respaldó la constitucionalidad de la Ley "estuvo sometida a muchas presiones".
Entonces, recordó, "había un desacato abierto de las Fuerzas Armadas que no concurrían a declarar y bajo esa presión se estuvo manejando toda la situación". El plebiscito coincidirá con las elecciones generales, en las que la coalición de izquierdas en el poder, el Frente Amplio, parte como favorita.
El Frente Amplio respalda la anulación de la Ley de Caducidad y ha sido acusado por los opositores Partido Nacional y Partido Colorado de crear un estado de opinión que favorezca a la izquierda.
Adriana Peña, ex presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento del Mercosur y diputada del Partido Nacional, criticó el momento de la decisión de la Suprema Corte. "En este caso se mezclaron aspectos políticos en el fallo", al estar "tan cerca de las elecciones y con un plebiscito por en medio", dijo Peña.
En las filas de los principales partidos de la oposición no hay una postura oficial sobre el sentido del voto en torno a la Ley de Caducidad, con una mayoría de dirigentes contra la anulación, algunos a favor y unos terceros favorables de la libertad de sufragio.
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(Versión del discurso pronunciado en el Obelisco de Montevideo, en el cierre de la campaña contra la ley de impunidad, la noche del 20 de octubre).
Palabras para las vísperas
El próximo domingo, oportunidad para poner en urnas un alto a la impunidad en Uruguay
Eduardo Galeano
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de octubre de 2009, p. 44
Falta muy poquito para que el pueblo uruguayo elija nuevo gobierno.
Al mismo tiempo, en las mismas urnas, se somete a plebiscito la posibilidad de liberarnos de dos palos metidos en la rueda de la democracia.
Uno de esos palos es el que impide el voto por correo de los uruguayos que viven en el extranjero. La ley electoral, ciega de ceguera burocrática, confunde la identidad con el domicilio. Dime dónde vives y te diré quién eres. Los uruguayos de la patria peregrina, en su mayoría jóvenes, no tienen derecho de voto si no pueden pagarse el pasaje. Nuestro país, país de viejos, no sólo castiga a los jóvenes negándoles trabajo y obligándolos al exilio, sino que además les niega el ejercicio del más elemental de los derechos democráticos. Nadie se va porque quiere. Los que se han ido, ¿son traidores? ¿Es traidor uno de cada cinco uruguayos? ¿Traidor o traicionado?
Ojalá los uruguayos acabemos de una vez con esta discriminación que nos mutila.
Y ojalá acabemos también con otra discriminación todavía peor, la ley de impunidad, Ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, bautizada con ese nombre rocambolesco por los especialistas en el arte de no llamar a las cosas por su nombre.
La Corte Suprema de Justicia acaba de dictaminar que esa ley viola la Constitución. Desde mucho tiempo antes se sabía que también viola nuestra dignidad nacional y nuestra vocación democrática. Es una triste herencia de la dictadura militar, que nos ha condenado al pago de sus deudas y al olvido de sus crímenes.
Sin embargo, hace 20 años, esta ley infame fue confirmada por un plebiscito popular. Algunos de los impulsores de aquel plebiscito estamos reincidiendo ahora, y a mucha honra: perdimos, por muy poco pero perdimos, y no nos arrepentimos. Creemos que aquella derrota nuestra fue en gran medida dictada por el miedo, un bombardeo publicitario que identificaba a la justicia con la venganza y anunciaba el apocalipsis, larga sombra de la dictadura que no quería irse; y creemos que nuestro país ha demostrado, en estos primeros años de gobierno del Frente Amplio, que ya no es aquel país que el miedo paralizaba.
Eso creemos, digo, y ojalá no me equivoque.
Ojalá triunfe el sentido común. El sentido común nos dice que la impunidad estimula al delincuente. El golpe de Estado en Honduras no ha hecho más que confirmarlo. ¿Quién puede sorprenderse de que los militares hondureños hayan hecho lo que han venido haciendo desde hace muchos años, con el entrenamiento del Pentágono y el visto bueno de la Casa Blanca?
La lucha contra la impunidad, impunidad de los poderes y los poderitos, se está desarrollando en los cuatro puntos cardinales del mundo. Ojalá nosotros podamos contribuir a desenmascarar a los defensores de la impunidad, que hipócritamente ponen el grito en el cielo ante la inseguridad pública, aunque bien saben que los ladrones de gallinas y los navajeros de barrio son buenos alumnos de los banqueros y los generales recompensados por sus hazañas criminales.
Ojalá el próximo domingo confirme nuestra fe en una democracia sin coronitas, ni las coronitas del uniforme militar, ni las coronitas del dinero.
Ojalá podamos envolver esta ley en papel celofán, en un paquete bien atado, con moña y todo, para enviársela de regalo a Silvio Berlusconi. Este gran mago de la impunidad universal, que ha atravesado más de 60 procesos y no conoce la cárcel ni siquiera de visita, nos agradecerá el obsequio y seguramente sabrá encontrarle alguna utilidad.
Ojalá.
Lo único seguro es que pase lo que pase, la historia continuará, y continuará el incesante combate entre la libertad y el miedo.
Yo suelo invocar una palabra, una palabra mágica, una palabra abrepuertas, que es, quizá, la más universal de todas. Es la palabra abracadabra, que en hebreo antiguo significa: Envía tu fuego hasta el final. A modo de homenaje a todos los fuegos caminantes, que van abriendo puertas por los caminos del mundo, la repito ahora:
Caminantes de la justicia,
portadores del fuego sagrado,
¡abracadabra, compañeros!
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